Las revelaciones recientes sobre el caso Pegasus han iluminado una red de espionaje gubernamental en México, protagonizado por Juan Carlos García Rivera y Uri Emmanuel Ansbacher Bendrama, líder de Grupo KBH. Este escándalo, desentrañado gracias a los testimonios de un informante protegido conocido como “Zeus”, arroja luz sobre la trama de corrupción y malversación de fondos públicos que rodea a esta red.
El nexo entre el gobierno federal y Grupo KBH se evidencia contundentemente. En el sexenio anterior, Juan Carlos García Rivera, empleado de KBH, recibió formación en Israel sobre el software Pegasus, utilizado posteriormente para operaciones de espionaje en México.
El contacto directo entre Enrique Peña Nieto y Eugenio Imaz con Uri Emmanuel Ansbacher revela un nivel de complicidad que ha llevado a la Fiscalía General de la República a iniciar un juicio oral contra García Rivera por intervención de comunicaciones privadas.
La maquinaria de espionaje no se limitó al software Pegasus, sino que también involucró a KBH TRACK, una maquiladora mexicana vinculada a Grupo KBH. En 2021, se descubrió que esta empresa operaba como fachada para realizar actividades de espionaje telefónico en colaboración con la empresa israelí NSO Group. Los vínculos de KBH TRACK con el Ejército, reflejados en registros de Compranet, sugieren una conexión más profunda entre el espionaje y el aparato gubernamental.
Para complicar aún más la trama, los indicios de actividades ilícitas se intensifican con las revelaciones de Zeus, quien afirma que recibió memorias USB detalladas de manos del chofer de Uri Emmanuel, incluyendo información delicada sobre personas espiadas en México. Estos datos, que abarcan nombres, números de teléfono, fotografías y correos electrónicos, revelan la envergadura del espionaje durante el pasado sexenio.
La implicación de KBH en actividades ilegales no es nueva, ya que en 2021 se reveló su participación en el caso Pegasus como proveedor del software. La contradicción se evidencia en la huida de Uri Emmanuel del país, presentándose como el principal responsable del escándalo.
El proceso judicial ha comenzado, con Juan Carlos García Rivera como figura central. A pesar de las acusaciones de la FGR y la solicitud de una sentencia condenatoria, García Rivera ha optado por no colaborar, subrayando la complejidad y gravedad del caso.
El impacto del espionaje durante el sexenio de Peña Nieto se magnifica con el “Pegasus Project”. Más de 15 000 números telefónicos, incluyendo familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa y numerosos periodistas, fueron potenciales blancos. Organizaciones de derechos humanos y periodistas afectados han exigido una investigación integral, destacando la necesidad de detener estas prácticas para evitar mayores atrocidades.
En el juicio, la periodista Carmen Aristegui, víctima del espionaje, ha instado a la FGR a esclarecer los hechos y señala la presunta participación del Estado en estas acciones.
La conexión de KBH con el caso Pegasus y sus lazos con el gobierno revelan una trama de corrupción que sigue desentrañándose en el sistema judicial mexicano. Con Uri Emmanuel prófugo, el juicio se convierte en un pilar fundamental para revelar la verdad detrás de este escándalo de espionaje que ha sacudido los cimientos del país.