Este año 2024 un grupo de científicos chinos logró un avance significativo en la clonación de monos, marcando un hito en la reproducción de primates, un grupo de mamíferos que comparten similitudes genéticas con los seres humanos. Liderado por Qiang Sun, del Centro de Excelencia en Ciencias del Cerebro y Tecnología de la Inteligencia en Shanghai, este equipo ha superado obstáculos técnicos para perfeccionar la técnica de clonación.
Diego Claudio Cortez Quezada, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, ha destacado la complejidad de clonar primates debido a su estructura genética intricada. En una entrevista, explicó que los primeros intentos enfrentaron desafíos relacionados con la preprogramación genética del óvulo, conocida como «imprinting». Este proceso requiere replicar con precisión la activación y desactivación de genes específicos para garantizar el desarrollo embrionario adecuado.
El segundo desafío radicaba en reducir la cantidad de células utilizadas en el proceso, ya que cientos de ellas se empleaban para implantar decenas y lograr un solo individuo clonado. Sin embargo, los científicos chinos, a través de mejoras en su técnica, lograron reducir el número de embriones iniciales de 400 a 113. Este avance favoreció la implantación y condujo al nacimiento exitoso de un macaco rhesus macho llamado Retro, que ha sobrevivido más de dos años.
La nueva técnica implica el reemplazo del material genético en una célula por otra que conserva la maquinaria epigenética. La mezcla de estas dos células mantiene la naturaleza de la preprogramación, superando así los obstáculos anteriores.
A pesar de este avance, Cortez Quezada enfatiza que la clonación humana sigue siendo inaceptable y éticamente cuestionable. Destaca la importancia de definir qué deseamos como humanidad y señala que, más allá de las habilidades técnicas y científicas, la cuestión ética debería ser prioritaria. Aunque algunos países prohíben la clonación humana, en China se han llevado a cabo investigaciones aprovechando lagunas legales.
En medio de estos logros científicos, persisten las preocupaciones sobre los riesgos éticos y legales asociados con la clonación humana. Cortez Quezada advierte sobre la posibilidad de crear personas que serían sujetos de derechos humanos y la necesidad de abordar estas cuestiones antes de aventurarse más en esta controvertida área de investigación.