Según Andrés Barreda Marín, coordinador del Programa Nacional Estratégico (Pronaces) Agentes Tóxicos y Procesos Contaminantes del Conacyt, la principal responsable de la contaminación en la Cuenca del Alto Atoyac es la empresa automotriz alemana Volkswagen. Durante su intervención en el foro «Verdaderas soluciones a la catástrofe del Río Atoyac», realizado en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, Barreda criticó la falta de responsabilidad de Volkswagen en relación con la contaminación provocada por sus cadenas de suministro ubicadas en Puebla, un territorio en el que la compañía asegura tener un bajo impacto ambiental.
El académico, también parte de la UNAM, explicó que aunque Volkswagen no contamina directamente, su red de proveedores, que incluye miles de industrias en la región, tiene un impacto negativo sobre el medio ambiente, convirtiéndola en «el autor intelectual» de la contaminación. Subrayó que la compañía no enfrenta las mismas regulaciones en Alemania, donde sí se hace responsable de las emisiones de sus proveedores, algo que no ocurre en México, donde se beneficia de una mano de obra barata y de un marco normativo permisivo.
Barreda lamentó la falta de acción de las autoridades federales ante el grave problema, señalando que la contaminación ha causado enfermedades crónicas renales y leucemia entre la población local. En este contexto, criticó que las leyes mexicanas estén deformadas en favor de las grandes empresas transnacionales y mencionó que, en este país, Volkswagen encontró un entorno favorable para evadir sus responsabilidades ambientales.
El académico también destacó que, aunque Volkswagen es reconocida por sus esfuerzos en reducir la huella de carbono y su impacto ambiental, las industrias proveedoras de los materiales para sus vehículos han generado un caos ecológico en el agua de Puebla, lo que pasa desapercibido para las autoridades. Esto, según Barreda, es posible gracias a la flexibilización de las normas, como la NOM 001, que permite a las empresas operar sin registrar adecuadamente los contaminantes. Así, Volkswagen ha podido cumplir con la normativa mientras contribuye al desastre ambiental, concluyó.