Habitantes y comerciantes de San Pedro y San Andrés Cholula calificaron como ridícula la disminución de 3 pesos en el precio del gas LP por litro en la región.
Tras un recorrido que realizó El Sol de Puebla por calles de las dos Cholula, se pudo apreciar un malestar general entre locatarios y pobladores de las demarcaciones, debido a que si bien están de acuerdo con la baja en el precio del combustible, aseguraron que es muy poco, pues el incremento que ha tenido en los últimos meses ha sido faraónico.
“Es ridículo que bajen tres pesos al gas, cuando en los últimos años se ha encarecido tanto; no podemos hablar de un beneficio colectivo con esos precios”, señaló un vendedor de tortas de la zona de San Andrés Cholula.
A la par, los propietarios de una cocina en el municipio de San Pedro Cholula comentaron que ya esperan con ansia el Gas Bienestar anunciado en días pasados por el Gobierno Federal, por lo que hasta este momento y aún con la reducción a 11.62 pesos por litro del combustible, no creen que haya un rendimiento importante en las finanzas de la gente.
“El último tanque de gas que compré me costo 600 pesos y sólo me dura una semana”, indicó la mujer, quien agregó que pagar 2 mil 400 pesos de combustible al mes, muchas veces resulta complicado, no obstante, si lo prometido con Gas Bienestar es real, bajar a un tercio el consumo total, sí podría ser bastante favorecedor, dijo.
A la par, vendedores de combustible que operan tanto en San Pedro como en San Andrés, acusaron que la baja en el precio del gas, que podría ser importante para los habitantes, para ellos resultó perjudicial, pues al tiempo las empresas gaseras recortaron las comisiones que recibían por cada venta, es decir, pasaron de ganar 1 peso con 50 centavos por litro a 60 centavos.
“Para unos bueno, para otros malo, a nosotros nos llevó al baile. Ahora la gente compra más, pero nosotros ganamos menos comisión”, señaló el trabajador, quien recordó que el pasado lunes, incluso se manifestaron afuera de las instalaciones de la empresa Gas de Oriente ubicada en Santa Clara Ocoyucan, en contra de la reducción de sus comisiones, a partir de la entrada en vigor de los nuevos precios del combustible establecidos por la Comisión Reguladora de Energía (CRE).